Pena de Muerte
Al menos 1.634 personas fueron ejecutadas en 2015. El dato supone un aumento de más del 50% con respecto al año anterior y es la cifra más alta registrada por Amnistía Internacional desde 1989. Además, China no se incluye en esta cifra total. En este país es probable que fueran ejecutadas miles de personas más, pero los datos sobre la pena de muerte se tratan como secreto de Estado.
De todas las ejecuciones registradas, el 89 % se llevaron a cabo en solo tres países: Irán, Pakistán y Arabia Saudí. Estados Unidos completa el grupo de los cinco principales verdugos del mundo.
Información por países
En 2015 Irán ejecutó al menos a 977 personas, lo que supone un 82 % de todas las ejecuciones confirmadas en la región de Oriente Medio. El país ejecutó al menos a 16 mujeres y a no menos de 4 personas que eran menores de edad en el momento del delito del que habían sido declaradas culpables.
Pakistán continuó con la oleada de homicidios sancionados por el Estado que había emprendido desde diciembre de 2014. Más de 320 personas fueron enviadas a la horca en 2015, la cifra más alta jamás registrada por Amnistía Internacional en el país.
El número de personas que han sido ejecutadas en Arabia Saudí fue de al menos a 158 (4 mujeres y 154 hombres), la cifra más alta desde 1995 con un incremento del 76% en comparación con el 2014.
Por séptimo año consecutivo Estados Unidos fue el único país que aplicó la pena de muerte en la región de América. Ejecutó a 28 personas, la cifra más baja desde 1991. El número de condenas a muerte impuestas (52) fue el más bajo que se registraba desde 1977.
Resumen
Cada día, en todo el mundo, los Estados ejecutan a alguien como castigo por una variedad de "crímenes" —a veces por actos que no deberían estar castigados—. En algunos países puede ser por su sexualidad; en otros, este castigo se reserva para los actos de terrorismo o asesinato
Algunos países ejecutan a personas que tenían menos de 18 años en el momento en el que se cometió el delito, o aplican la pena de muerte a personas con enfermedades mentales. A menudo, antes de ser ejecutadas, estas personas permanecen encarceladas durante años en el "corredor de la muerte". No saben cuándo llegará su hora, ni si podrán volver a ver a su familia antes de morir.
La pena de muerte es cruel, inhumana y degradante. Amnistía Internacional se opone a la pena de muerte en todos los casos, independientemente de la culpabilidad o la inocencia, de quién sea la persona acusada, del delito o del método utilizado para la ejecución.
Amnistía Internacional trabaja para poner fin a las ejecuciones desde 1977, año en el que sólo nueve países habían abolido la pena de muerte. Hoy en día esa cifra asciende a 140, casi dos tercios del total mundial.
Sabemos que, juntos, podemos acabar con la pena de muerte en cualquier parte. En 2007, cuando estaba a punto de ser ejecutado en Yemen, Hafez Ibrahim envió un SMS a un investigador de Amnistía Internacional, y ese mensaje lo salvó. "Le debo la vida a Amnistía Internacional", asegura. "Ahora dedico mi vida a luchar contra la pena de muerte."
Vídeos de Pena de Muerte.
Maria Fernanda Martinez Rodriguez
Comentarios
Publicar un comentario